Cómo identificar una relación con apego ansioso

Por Indira Alcalá, Psicóloga y Sexóloga

Las relaciones afectivas son uno de los escenarios donde más se reflejan nuestras heridas emocionales y nuestros estilos de apego. Si alguna vez te has sentido atrapada en una relación donde el miedo a perder a la otra persona es constante, donde vives en un sube y baja emocional o donde sientes que «amas demasiado», puede que estés experimentando un apego ansioso.

Pero… ¿cómo identificarlo?

1. Miedo constante al abandono

Uno de los principales indicadores del apego ansioso es el miedo persistente a que la otra persona te deje. Esto puede manifestarse incluso en relaciones estables. No importa cuántas veces te diga que te quiere: una parte de ti sigue dudando y necesita confirmación constante.

Frase interna típica: “¿Y si deja de quererme?”

2. Necesidad excesiva de contacto y validación

Es habitual sentir ansiedad si la pareja no responde un mensaje “a tiempo” o si no muestra afecto como se espera. El apego ansioso tiende a buscar validación constante, como si el amor debiera reafirmarse en todo momento.

Signos: revisar si está en línea, enviar múltiples mensajes, sentirte insegura si no responde con el mismo entusiasmo.

3. Idealización de la pareja y desvalorización personal

Las personas con apego ansioso tienden a poner a su pareja en un pedestal y a sí mismas en un lugar inferior. Esto puede derivar en dependencia emocional, donde se piensa que sin la otra persona no se puede estar bien.

Pensamientos comunes: “No sé qué haría sin él/ella”, “Seguramente encontrará a alguien mejor”.

4. Ciclos de ansiedad y alivio

En este tipo de relación hay un patrón: cuando hay distancia, aparece ansiedad. Cuando hay cercanía, llega el alivio… pero solo por un rato. Es una montaña rusa emocional donde la tranquilidad depende completamente de la atención de la otra persona.

Es como un subidón emocional momentáneo que nunca termina de calmar del todo.

5. Autoabandono y complacencia excesiva

Muchas veces, para no generar conflictos, se termina cediendo demasiado, olvidando las propias necesidades y límites. La idea de “si me adapto a todo, no me dejará” es una trampa emocional muy común.


¿Y qué puedo hacer si me identifico?

Lo primero es reconocer que no estás sola y que este tipo de apego se forma muchas veces en nuestras experiencias tempranas: relaciones con figuras de apego inconsistentes, padres emocionalmente ausentes o experiencias de abandono. Pero lo más importante: se puede sanar.

Aquí algunos primeros pasos:

  • Trabaja tu autoestima y tu seguridad interna.
  • Aprende a detectar y expresar tus necesidades sin culpa.
  • Comienza a establecer límites saludables.
  • Conecta contigo: ¿qué te gusta, qué deseas, qué te hace bien fuera de la relación?
  • Y sobre todo: busca acompañamiento terapéutico si sientes que sola no puedes sostener el cambio.

El apego ansioso no es una condena, es un patrón emocional que puede transformarse. En consulta, muchas mujeres (y también hombres) llegan preguntándose si hay algo “mal” en ellas por “sentir demasiado”. Mi respuesta siempre es: no, no estás rota. Estás aprendiendo a amar desde un nuevo lugar, uno donde tú también importas.

¿Te has sentido identificada con algo de esto? Te leo en los comentarios. Y si quieres trabajar en ello, recuerda que estoy aquí para acompañarte.


Indira Alcalá
Psicóloga y Sexóloga
www.indira-alcala.com
Instagram: @CuerpoMentePlacer

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Rellena este campo
Rellena este campo
Por favor, introduce una dirección de correo electrónico válida.
Tienes que aprobar los términos para continuar